Para ti... que aún no estás acá...

Cuando la desesperación llega a mi mente
y mi alma cae en una desdicha sin luz
un poder sobrenatural me muestra que no desapareceré
que la vida no se va porque mi cuerpo desfallezca.
Cada vez que mi alma puede soñar
y ver en el final de la vía una luz,
el claroscuro del túnel me basta para soñar.
¿De qué vivimos si no es del sueño?
¿Para qué estamos acá si no es para soñar y luchar por lo que en nuestra mente está oculto?
Esa verdad se hará real.
Podré abrazar con toda la pasión que poseo,
con toda la furia que desato a diario,
con todo el amor que embarga mi alma y espera el momento.
Podré besar tus labios cuando me mires a los ojos
y me digas te amo...
Cuando entiendas que el amor es algo tan delicado como un colibrí,
que bate sus alas tan rápido como mi corazón lo ahce por ti,
tan perenne como las rocas del océano,
tan delicado como los rizos que forman las olas en el mar,
tan profundo como el azul del cielo,
tan suave como el manjar de esos labios que aún espero.
El amor es lo que sentimos desde el principio
el amor es todo... no te quiero, no te deseo, no me llamas la atención,
nada de eso existe... hay que botar las barreras
y reconocer que te amo...
aunque te resulte extraño es verdad...
te amo como nadie nunca lo hará, porque sólo el amor perdura,
el amor es más fuerte que la vida y la muerte,
el amor es todo, y todo es Dios,
yo soy Dios y soy amor... ¿cómo podría no amarte?
Tan sólo me pregunto,
¿alguna vez bajarás de mi mente y te harás real?

Sólo la esperanza de vivir ese día me mantiene respirando... amor mio...








César B. Fuenzalida (c)
Todos los derechos reservados queda prohibida su reproducción total o parcial de este escrito,por cualquier medio.