martes, 26 de enero de 2010

Espero tu llegada, la llegada del amor...

Me costó creerlo...
Me pilló de sorpresa... de eso no hay duda...

Tu despedida fue tibia, como el café de las mañanas que disfruté en tu regazo...
Amor, sí. Amor... suena raro para el mundo, pero nos es familiar a nuestros oídos...
¿cierto amor?

No esperaba que me tomara nuevamente
Me había armado, me protegía, me cubría bien,
y no había logrado entrar en mi pecho...

Sin embargo hoy cuando escuché tu voz al otro lado del teléfono...
sentí ese sudor frío que recorre el cuerpo sólo de un enamorado...
me inundé de ganas por llorar tu ausencia, tu presencia en mi vida,
tu ida lejos de nuestra tierra, tu llegada a mi alma...

Lo entiendes... es para siempre... como alguna vez lo soñé...
transar los métodos ya no me suena ilógico,
tu vida es mia, y la mia completa te pertenece...

Sé que es un romance juvenil, pero, ¿alguien dijo que las reglas o la normalidad nos den
la tan ansiada felicidad?... nadie lo dijo, por eso me quedo con mi actitud quinceañera...
con mi vida libre, con mi desenfado para besarte, abrazarte, amarte, mirar al mundo
a los ojos y decirle... la verdad...
Sí el amor volvió a mi cuerpo... me llenó de luz como nunca antes lo hizo...
Gracias Dios mío por favorecerme con el amor más puro
y grandioso que puedo sentir...

Espero tu regreso... ansioso de seguir amándote cada segundo más...
porque la muerte no será nada para mi amor, que sin duda seguirá más allá
de las tinieblas...

Amor, suena loco, ¿no?










César B. Fuenzalida (C)
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